A 20 AÑOS DE LA MUERTE DE AYRTON SENNA
El Gran Premio de San Marino, disputado en el autódromo de Imola (Italia), fue una cita trágica para la máxima categoría del automovilismo mundial. Ese domingo 1 de mayo falleció Ayrton Senna, triple campeón mundial y uno de los pilotos más importantes de la historia de la Fórmula Uno. Su muerte estuvo precedida por la de Roland Ratzenberger, piloto austríaco que se accidentó el día anterior en una sesión de clasificación. Tramos de Imola atroz, nota de José María Rubio en la revista Corsa, nº1448 del 3 de mayo de 1994.
“'Ahora comienza realmente el Mundial para mí', declaró Ayrton Senna antes de iniciar la primera tanda de entrenamientos el viernes 29 de abril. Ante el dominio inicial de Schumacher, el brasileño tenía que comenzar a sumar puntos si quería el título...
Desgraciadamente, Senna dejó sus ilusiones contra el muro del 'Tamburello'. Ahora Michael Schumacher va lanzado hacia su primer cetro.
El fin de semana se presentaba con todos los ingredientes para ser una gran fiesta del automovilismo. Los aficionados italianos garantizaban el lleno absoluto animados por los buenos resultados de sus pilotos que, además, dispondrían de un nuevo motor más potente, que en manos de (Gerhard) Berger dio un resultado extraordinario; las previsiones climatológicas eran excelentes y el Campeonato tenía que comenzar a ponerse al rojo vivo con la lucha entre Senna y Schumacher. El regreso de (Jirky) Lehto al volante del Benetton teóricamente era una ayuda para el alemán, aunque luego el finlandés no tuvo su día... El primer aviso de que los monoplazas actuales se están volviendo inconducibles lo recibieron Schumacher y Senna casi al mismo tiempo, realizando sendos trompos en zonas poco comprometidas del circuito y pudiendo seguir adelante sin problemas. (Damon) Hill y (Mika) Hakkinen también perdieron el control de sus coches; algo estaba fallando en los pilotos, o los vehículos. Senna como de costumbre, marcó el ritmo durante los entrenamientos, siendo el piloto más rápido en pista y, ello, a pesar de que, tanto Ferrari como Benetton, utilizaron motores especiales para contrarrestar la potencia del V10 Renault en un trazado que le era favorable. (Rubens) Barrichello fue el protagonista del único milagro que se produjo este fin de semana. El joven brasileño perdió el control del Jordan a la entrada de la 'variante bassa', chocando lateralmente contra las protecciones a unos dos metros del suelo, dando posteriormente varias vueltas de campana, antes de caer boca abajo... La primera sensación que dio es que el piloto estaba muerto, el casco apoyado en la parte izquierda del habitáculo no era un buen síntoma. Afortunadamente, 'Rubinho', el 'heredero' de Senna, se recuperó rápidamente, y aunque fue trasladado al hospital Maggiore de Bolonia, donde pasó la noche del viernes, sus lesiones no revestían gravedad y el sábado ya estuvo en el circuito, aunque como espectador.
El sábado, el autódromo 'Enzo y Dino Ferrari' se tiñó de luto por primera vez. El Simtek del austríaco (Roland) Ratzenberger perdió el alerón delantero derecho y se estrelló contra el muro de la curva 'Villeneuve', falleciendo el piloto prácticamente en el acto.
Senna y Hill decidieron no continuar los entrenamientos, al igual que los dos pilotos de Benetton y los de Sauber, mientras que el resto salió a la pista como si nada, aunque las primeras posiciones de la parrilla estaban ya en poder de Senna y Schumacher, seguidos de Berger y Lehto. El ambiente del Paddock no cambió demasiado después de la muerte del austríaco, y eso que era algo que no sucedía en el marco de un Gran Premio, desde Canadá de 1982, donde encontró la muerte Riccardo Paletti en la largada. El domingo por la mañana David Brabham, compañero de equipo de Ratzenberger, tomó parte en los entrenamientos libres con toda la naturalidad y tan solo Paul Belmondo puso la nota humana al decidir no tomar parte en la carrera, ocupando el sitio de Ratzenberger, que se había clasificado en la 26a posición.
El G.P. comenzó con el accidente entre Lamy y Letho cuando el portugués, que había arrancado de la 11a fila, se llevó por delante el Benetton que estaba detenido en la tercera. Dos neumáticos del Lotus fueron a parar a la tribuna 'Fiat', resultando con lesiones tres espectadores y un policía.
Después de que los pilotos diesen una vuelta al circuito salió el 'pace car', que se situó por delante de Senna, que no dio opción a Schumacher en esta ocasión. Detrás de ellos, Berger encabezaba un pelotón con Hill, (Karl) Wendlinger y Hakkinen. La aparición del 'pace car' permitió a (Michele) Alboroto, que había salido con el 'muletto' desde los boxes, unirse al grupo detrás de (Bertrand) Gachot, que cerraba el pelotón.
En la reanudación de la carrera, después de cuatro vueltas detrás del 'pace car', Senna tomó cierta ventaja sobre Schumacher, dejando ambos bastante retrasado al Ferrari de Berger. En el segundo paso por meta, el monoplaza de Senna golpeó el suelo con su parte posterior como lo había hecho en numerosas ocasiones, pero esta vez la fatalidad
quiso que el brasileño perdiera la direccionalidad del Williams, que enfiló recto contra el muro del 'Tamburello' a casi 300 km/h. El impacto, como había ocurrido el sábado con Ratzenberger, era mortal 'por necesidad'. La gravedad del accidente fue tal que el helicóptero de socorro se posó en la misma pista del circuito, una vez que se hubo interrumpido la carrera, trasladando directamente a Senna hasta el hospital Maggiore de Bolonia. El brasileño perdió el conocimiento en el impacto y ya no lo recuperó hasta que su encefalograma quedó plano a las 17.03 del domingo 1, dejando de latir su corazón a las 18.40 en la Sala de Reanimación del hospital de Bolonia.”
Documental sobre la muerte de Ayrton Senna
Notas relacionadas:
8/5/1982: La muerte de Gilles Villeneuve
13/11/1994: El primer título de Schumacher
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