18.2.11

Fútbol

A 30 AÑOS DEL DEBUT DE MARADONA EN BOCA
Como lo hiciera en Argentinos Juniors, Diego Maradona hizo su presentación para los xeneizes enfrentando a Talleres de Córdoba. En aquel triunfo por 4 a 1 del 22 de febrero de 1981, uno de los mejores jugadores de la historia anotó dos tantos para comenzar a enamorar a los fanáticos de La Ribera. ¡Chau, Argentinos! ¡Hola, Boca!, carta de despedida de Maradona publicada en El Gráfico nº 3202 del 17 de febrero de 1981.




¡Chau, Argentinos! ¡Hola, Boca!
   “Lo de Boca es un sueño. Un sueño que voy a contárselo después, pero quiero que sepan cómo me siento. Acaso para que me comprendan mejor. Me duele, me duele mucho irme de Argentinos Juniors. Cuando el año pasado llegamos a un acuerdo pensé que no me iría del club hasta el ´82 y que entonces tenía tiempo de hacer realidad mi gran ilusión: la de salir campeón con Argentinos. Una ilusión que compartía con compañeros que se hicieron amigos y a los que quiero mucho. Les juro que el jueves pasado, cuando el Negro (Carlos Antonio Carrizo) el Tabita (Daniel Norberto García) vinieron a mi pieza y se pusieron a llorar, a mi se me partía el alma. “¡Se hizo, Diego, se hizo! Te vas a Boca...”, me decía el Tabita y se le llenaban los ojos de lágrimas. Entonces comprendí que por más dinero que me dieran nunca sería capaz de enfrentarlos en una cancha. Jamás podría jugar contra ellos. Y esa será una condición indispensable a la que no pienso renunciar cuando llegue el momento de firmar el contrato con Boca. Por ellos, por la gente que siempre me quiso, me duele irme del club y siento una especie de decepción al comprobar que los dirigentes no supieron cumplir con la promesa de retenerme hasta el ´82.
(...)
Y ahora les tengo que decir chau
   Sí, ahora le tengo que decir chau a Argentinos Juniors y siento como un desgarramiento interior. Porque no puede salir campeón como quería, aunque me queda el consuelo de que nunca, por distintas causas, puede jugar en los partidos decisivos. Y porque no voy a poder compartir las horas que pasamos juntos al Negro, al Taba, al Guaso (Domenech). Nos vamos a seguir viendo pero no será lo mismo. Aquí quedará Miguel (Miguel Angel López), el profe (Carlos Kenny), Raúl Gismondi, el kinesiólogo. A Miguel Di Lorenzo, el utilero, me lo llevo a Boca...
   A ése sí que no lo dejo... y mil recuerdos que se agolpan y no puedo dominar. Por eso, por ahí dicen que voy a jugar un amistoso un tiempo para Argentinos Juniors y otro tiempo para Boca. Yo digo que no, que lo voy a jugar pero con la camiseta de Argentinos los 90 minutos. ¡Y no voy a aflojar en eso!
Me voy de Argentinos. Y cuando uno se va dice chau. Pero yo sé que un día volveré. Volveré. Se los prometo.

Y entrar en mi nueva casa
   De Boca quiero contarles mis sueños. Soñé compartir cuna habitación con Carlitos Randazzo, conversar con Pernía, conocer La Candela. Me imagino el día del debut. Esa hinchada sensacional que conocí de pibe cuando mi viejo, que es un hincha fanático, me llevaba a la tribuna y que comprendí cuánta grandeza tenía el día que con Argentinos yo le hice cuatro goles en la cancha de Vélez. ¡Le hice cuatro goles a Boca y su hinchada me ovacionó!
   De aquellos días en que iba de la mano de mi viejo me quedan la imagen del Pocho Pianetti, de Angelito Rojas, para mi lo más grande que tuvo Boca, del Piqui Ferrero que una vez, cuando yo era un pibe que entregaba las pelotas que se iban afuera me dijo en la cancha de Atlanta:
   -Dame la pelota, vago.
   Eso me dijo. Nunca lo olvidé. De Nicolau, de Rogel, del Conejo Tarantini. A Silvio no recuerdo haberlo visto jugar en la cancha. Sí, en cambio, en películas. Por ejemplo, en aquel partido en el Monumental, que Boca le ganó a River 4 a 0 y Silvio, como capitán, se comió la tarjeta amarilla porque sus compañeros festejaban los goles fuera de la cancha para estar más cerca de la tribuna.
   De los muchachos de ahora conozco a varios. Con Carlitos (Randazzo) nos encontramos a veces en el mismo lugar tomando un café. Roberto (Mouzo) me parece un tipo bárbaro. Igual que Pancho (Sá), Brindisi. Con Perotti hicimos juntos una gira con la Selección. Pancho es de Goya, una ciudad que está en Corrientes, a 100 kilómetros de Esquina, donde nació mi mamá...
   Todas estas cosas pasan por mi mente como las escenas de una película que todavía no tiene argumentos porque el libreto lo tendré que escribir yo. A partir del momento en que pise La Candela o La Bombonera y les diga ¡Hola! A Pancho, a Carlitos, a Pernía... a todos los muchachos, comienza para mi una nueva etapa. Creo comprender todo lo que la hinchada espera de mí. Quiero que sepan que a partir del momento en que me ponga su camiseta daré de mí todo lo que tenga para que lo que ellos esperan yo lo pueda concretar.
No quiero prometer nada. Más todavía, les pido que me comprendan. A los hinchas de Argentinos y a los de Boca les entrego mi corazón y les digo:
   -¡Chau, Argentinos! ¡Hola, Boca!”



Primer gol de Maradona en Boca






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