22.7.10

Fútbol

A 15 AÑOS DEL ÚLTIMO TÍTULO CHARRÚA Y EL ADIÓS DE FRANCESCOLI


El 23 de julio de 1995, el seleccionado uruguayo se consagró campeón de la Copa América por 14ª ocasión al vencer como local a Brasil en la final. Luego de igualar 1 a 1, los orientales ganaron 5 a 3 en la definición por penales. Aquella tarde, Enzo Francescoli vistió por última vez la celeste. Nota publicada en El Gráfico nº 3955, del 25 de julio de 1995.



MI ADIÓS A LA CELESTE
Por Enzo Francescoli
“Después de tantos años de Selección, de sentir la Celeste como parte de mi cuerpo, por fin pude darme la felicidad completa: levantar una Copa importante en medio de la alegría de mi gente. Y con el Centenario lleno, como tanto lo había soñado.
Por eso pienso que la felicidad tiene que ser inolvidable, eterna. Y qué mejor recuerdo que éste, la Copa América ganada ante Brasil y en mi propia tierra, para despedirme de la Selección. Con la frente alta, con el orgullo que siempre significó para mi jugar en ella. Jamás me voy a olvidar del domingo 23 de julio de 1995. Seguro.
Claro, también me vienen los recuerdos. Como la primera vez que gané la Copa América, allá por el `83. O la segunda, en Buenos Aires, en el ´87, nada menos que en el Monumental, mi segundo hogar. Las dos fueron muy sentidas, muy lindas, muy festejadas pero... no como ésta.
Si apenas puedo recordar lo que hice después de que Manteca convirtiera el penal decisivo. Primero fui a buscar a Fernando Álvarez, compañero de tantas batallas, y nos abrazamos en el medio de la cancha. Luego sí que no sabría describirlo muy bien. Lo único que podría asegurar es que di como tres vuelta olímpicas, que me trepé a todas las rejas, que no me voy a olvidar jamás las manos que se extendían para tocarme o para acariciar la Copa. O de aquella banderita uruguaya que me tiraron y que me convirtió en abanderado de la gente dentro del campo.
No sé. No sé cómo explicarles lo que siento. Una mezcla de felicidad con nostalgia anticipada. Porque soñé tantas veces con un retiro de la Selección así y, ahora que lo logré, no sé cómo reaccionar.
Yo me fui de mi país a los 21 años. Era muy joven. Pero también, lo suficientemente maduro como para interpretar lo que significa esta camiseta. Que tiene una historia pesada. Es la que vistieron Obdulio Varela, Pedro Rocha, Fernando Morena, que fue mi ídolo de chico y a quien ahora tuve todos los días al lado mío en la concentración de Los Aromos.
También volvieron a mi mente recuerdos no tan buenos. Como la derrota 1-6 contra Dinamarca, en México ´86. O las polémicas estériles con Luis Cubilla. O la derrota 2 a 0 con Brasil en el Maracaná, cuando quedamos afuera de USA ´94. O la tarde que se sorteó el Mundial de Estados Unidos y yo, frente al televisor, sentía una rabia que aún me dura. La vida del futbolista es así, tiene algo de todo.
Ahora hay que disfrutar de esta nueva victoria de la Celeste. La misma que nos llena de orgullo y pasión. Ojalá que nos sirva para iniciar el retorno a las mayores posiciones del fútbol mundial. Los uruguayos, los mismos que nos acompañaron a muerte el domingo en el Centenario o por televisión, se lo merecen. Por eso, junto a mi último partido con la Celeste en el pecho, les dejo la Copa que ganó este grupo y la certeza de que podemos volver a ser lo que fuimos en el pasado. Que no sea solamente un sueño. Un abrazo.”


IMÁGENES DE LA VICTORIA



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