23.9.09

Derechos Humanos

HACE 30 AÑOS TIMERMAN ERA ECHADO DEL PAÍS
El 25 de septiembre de 1979 Jacobo Timerman, director del diario La Opinión, fue expulsado de la Argentina. Había sido secuestrado en abril de 1977 por orden del coronel Ramón Camps durante la dictadura del general Videla. Semanas después su detención fue "blanqueada" y un año más tarde obtuvo el arresto domiciliario hasta su expulsión. Reproducimos fragmentos de la nota "Timerman: un viaje sin retorno", publicada en la revista Somos, nº158 del 28 de septiembre de 1979, con la crónica de su partida y una entrevista al periodista.


"Mientras tanto, en la Casa de Gobierno se vivía el clima que antecede a importantes tomas de decisión. Todos los funcionarios evitaban sistemáticamente acercarse a los periodistas acreditados, y en ámbitos de la Secretaría General de la Presidencia y del Ministerio del Interior podía observarse el trajín nervioso de altos funcionarios portando carpetas con antecedentes del caso.
El martes, Videla estuvo muy poco tiempo en su despacho. Salió varias veces de la Casa de Gobierno para reunirse con los miembros de la Junta Militar y con el comandante en Jefe del Ejército. Algo quedó en claro para los alborotados cronistas acreditados: el Poder Ejecutivo se limitaba a volcar toda la información que tenía, pero aguardaba una decisión de la Junta Militar respecto a la liberación de Timerman. Un calificado vocero suministró un provisorio cuadro de situación: 'No hay coincidencia aún entre las fuerzas para acatar o no la resolución de la Corte. Pero no hacerlo significaría provocar un conflicto, con las posibles decisiones extremas de los miembros de la Corte y tal vez del propio ministro de Justicia. Nadie quiere que eso se produzca'.
Al promediar la mañana, la expectativa se había multiplicado: los tres comandantes en jefe estaban reunidos con los altos mandos de sus fuerzas. Pese al hermetismo en torno de los cónclaves, trascendió que esas reuniones tuvieron un tono conciliador. Sobre el mediodía -cuando arreciaban versiones y especulaciones de todo tipo-, la Corte difundió el texto íntegro del fallo, fundamentando por qué debía liberarse a Timerman. A las 13, la Junta Militar comunicó al presidente Videla que por unanimidad había resuelto acatar la decisión de la Justicia.
El comunicado oficial, cuyo borrador se redactó rápidamente en el despacho del subsecretario del Interior, fue preciso: '... por decreto 2398 del día de la fecha -decía- se expulsó del país a Jacobo Timerman en virtud de lo dispuesto por la Junta Militar que, además, lo privó de la ciudadanía. Viaja en el vuelo 116 de Aerolíneas Argentinas con destino a Israel, vía Roma, provisto de pasaporte de No argentino y con visa del Estado de Israel'".
(...)

- Lo veo bien: tranquilo y saludable...
- Yo a usted, algo más agrisado. Sólo me refiero al pelo, ¿eh?
- Es el periodismo. Una profesión que agrisa. ¿Y la suya? ¿Cuál es ahora la suya? ¿Cuál es su futuro?
- Pues me voy a vivir a Israel definitivamente
- ¿En qué condiciones salió del país? ¿Liberado totalmente de culpa y cargo?
- Bueno. No fui acusado de nada. Lo que pasa es que nunca hubo acusación contra mí. El Consejo de Guerra, después de seis meses de investigación, declaró que no había cargos. Por lo tanto no fui juzgado. Es decir, no fui acusado. Me pusieron a disposición del Poder Ejecutivo y un año después la Corte declaró que era ilegal ese arresto porque al no estar acusado no podía estar a disposición del Poder Ejecutivo. Entonces se argumentó que estaba a disposición de la Junta Militar. Y un año después (eso ocurrió ayer) la Corte dijo: 'No. Si es inocente, y no hay cargos ni acusación ni juicio, es ilegal su arresto a disposición de la Junta'. La policía me sacó de mi casa en diez minutos, todo muy cortés, muy amable, pero con una valijita así de chiquitita porque yo no estaba preparado para el viaje.
- ¿Cómo fue?
- Me pusieron en un helicóptero, me llevaron a Ezeiza, me subieron a un avión, me sentaron, me dieron un pasaje, un pasaporte que vale por dos días, con el cual no puedo regresar, me quitaron la carta de ciudadanía y me voy a Israel...
- Por algo vuelve a Israel...
- Hay un hijo esperándome. La familia.
- ¿Cómo fue su partida de Buenos Aires?
- Creo haber hecho todo en 15 minutos.
- ¿El helicóptero salió del aeroparque?
- Me llevaron a Coordinación Federal y salí del helicóptero policial, que queda en la costanera.
- ¿En su casa quedaron familiares?
- No, no me dejaron comunicarme con ningún familiar. La casa quedó cerrada. En la policía se labró un acta. Se pusieron las llaves en un sobre y se las van a entregar a un hermano mío. Pero no pude hablar ni a mi rabino ni a mi hermano para avisarles. En fin, a nadie.
- ¿Su mujer lo está esperando en Israel?
- Yo viajo ahora a Roma y de allí directamente a Tel Aviv. No, mi mujer está en Nueva York con dos hijos. Pero todos ya viajan para Tel Aviv. Son tres varones. El otro hijo es el que me espera en Israel.
- ¿Sobre qué cosas ha meditado usted más en este viaje de 12 horas desde Buenos Aires?
- Le juro que no medité en nada. Me dejé estar. Relax puro. Hacía tiempo que no me relajaba, y cuando el avión partió me dije 'bueno, ahora la nada'. Entre el ser y la nada elegí la nada.
- ¿Y cuándo volvería a elegir el todo, el ser?
- Por ahora no. Será dentro de un tiempo. Pero no sé cuál será.
- ¿Ese todo empezará en Israel?
- Bueno, me voy a radicar definitivamente.
- Definitivamente es un adverbio de modo bastante definitivo.
- En mi caso si. Adopto la ciudadanía israelí. Apenas llegue al aeropuerto me hago ciudadano. No salgo de allí sin la carta de ciudadanía.
- ¿Es tan fácil? ¿No tendrá algún problema?
- No. En 1948 se votó en Israel la Ley del retorno, por lo cual todo judío que decida viajar, instalarse y residir recibe la ciudadanía automáticamente.
- ¿Y hará periodismo israelí?
- Como profesional soy un estúpido, porque como no conozco el hebreo no serviré para nada como periodista. Así que, o aprendo hebreo o me dedico a la carpintería o me hago actor. Qué se yo lo que haré... no sé...
- En dos años y medio habrá podido leer periódicos, revistas, ver televisión, estar informado sobre el país...
- Sí, sí. Es decir, estar informado a través de los diarios, que no es estar informado.
- ¿Leía La Opinión?
- No. No leía La Opinión".


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